Factores sociodemográficos y de bienestar mediadores y moderadores de la relación entre la depresión y la demencia

Factores sociodemográficos y de bienestar mediadores y moderadores de la relación entre la depresión y la demencia

RESUMEN

El acelerado envejecimiento poblacional ha incrementado las enfermedades neurodegenerativas como la demencia, lo que ha motivado la búsqueda de diferentes factores contextuales que promueven o impiden su desarrollo. En este estudio se hizo un análisis secundario del estudio poblacional de «Salud, Bienestar y Envejecimiento» (Bogotá, 2012) para conocer la situación de personas adultas mayores residentes en Bogotá, con el objetivo de establecer el papel mediador o moderador de variables sociodemográficas y de bienestar en la relación entre depresión y demencia.

Se contó con los datos de 2.000 adultos mayores de 60años o más. Se utilizó el PROCESS V4 con una p<0,05. Se encontró que el nivel educativo, la autopercepción y la comparación de salud, la participación social y la actividad física fueron factores mediadores; la edad y el acceso a la salud resultaron moderadores de la relación entre depresión y demencia. Los presentes resultados señalan directrices para el cuidado del adulto mayor, desde el modelo de los factores modificables que permiten un envejecimiento activo.

Introducción

La población mundial está envejeciendo con mayor rapidez que en el pasado. Entre 2015 y 2050, el porcentaje de mayores de 60años aumentará del 12% al 22%, y el 80% de ellos vivirán en países de ingresos medianos y bajos1. Esta transición demográfica exige prepararse para afrontar los cambios socioeconómicos, culturales y sociosanitarios, porque el envejecimiento supone una alta carga de enfermedad, discapacidad y dependencia. Además, se acompaña de numerosas enfermedades y comorbilidades, en especial la demencia, una de las principales causas de discapacidad y dependencia, que impacta a quien la padece, a sus cuidadores, a sus familiares y a la sociedad en general1.

La descripción detallada de las circunstancias que rodean el desarrollo de las demencias, sus condiciones de vida, el estado de salud, las actividades y el empleo del tiempo libre de las personas mayores de 60años son fundamentales para crear e instaurar estrategias que permitan mejorar la salud de la población. Aunque el envejecimiento es el principal factor de riesgo de demencia2-4 no es una consecuencia directa, lo que brinda la oportunidad de intervenir en «los factores de riesgo modificables»1. Identificar y controlar los factores de riesgo propios de cada contexto puede evitar, retrasar o lentificar la aparición de la demencia y promover estilos de vida saludables propios del «envejecimiento activo», como lo declara la OMS1.

Para establecer las particularidades del adulto mayor del contexto colombiano se realizó un análisis secundario del estudio «Salud, Bienestar y Envejecimiento» (SABE), Bogotá, 2012, (estudio poblacional descriptivo transversal) que revisa, en personas de 60años o más, aspectos sociodemográficos, del entorno social, las condiciones de vida, la violencia y la discapacidad5. Mediante este análisis se pueden determinar y jerarquizar los factores de riesgo y los de protección para las demencias.

La edad avanzada es el principal factor de riesgo. Las tasas de demencia aumentan a mayor edad2-4, aunque no existe una relación causal, lo que brinda la oportunidad de intervenir con «los factores de riesgo modificables»1,6. La mayor prevalencia de demencia (2/3 del total de casos) la presentan las mujeres, y aumenta cuando pertenecen a un bajo nivel socioeconómico. Ser mujer es un factor de riesgo, principalmente en los países en desarrollo, por la inequidad de género y las disparidades socioeconómicas, que le proporcionan mayor vulnerabilidad7,8.

Una problemática de salud mental frecuentemente asociadas con la demencia es la depresión6,9,10. Esta asociación se ha explicado porque la depresión surge como consecuencia de la demencia en sus estados iniciales, debido a la progresiva pérdida de autonomía; también podría ser el pródromo, o un factor de riesgo; las personas deprimidas tienen mayor riesgo de demencia, y este se relaciona con la gravedad y la duración de los síntomas depresivos9-12. Otros autores enfatizan en la coincidencia clínica o la comorbilidad, negando alguna relación de causalidad o de dependencia10,12-14. En la vejez existen circunstancias que favorecen la depresión, como la soledad, la presencia de enfermedades crónicas o psiquiátricas, los déficits sensoriales (hipoacusia o pérdida de la visión), los problemas de movilidad y el menor poder adquisitivo, entre otras.

Además, la depresión implica reducción de actividades sociales, recreativas y físicas, nutrición inadecuada, consumo de alcohol, nicotina y otras drogas; y diversos comportamientos que podrían contribuir a desarrollar trastornos neurocognitivos, con mayor probabilidad (2,5 veces más) que los no deprimidos. Las mujeres tienen más depresión que los hombres en la vejez14,15.

El nivel socioeconómico bajo es un factor de riesgo suficientemente identificado, dadas las limitaciones propias de un reducido poder adquisitivo que interactúa con la salud física, mental y social. La mayor prevalencia de demencia en este nivel se explican por el escaso acceso a: la educación, que ejercita y aumenta la reserva cognitiva7 y le ayuda a resistir una mayor patología cerebral antes de mostrar sintomatología7,16; a la realización de actividad física; a las actividades de ocio y a las actividades estimulantes y placenteras; al compromiso social7,8 y a la salud17, entre otros.

El limitado acceso a la salud se relaciona con una alta prevalencia de demencia y dificulta lograr diagnósticos e intervenciones tempranas para retrasar/controlar esta y las enfermedades comórbidas, a la vez que restringe el ingreso a programas de promoción de la salud y prevención de enfermedades17,18. Las diferencias socioeconómicas, culturales y políticas de cada país ofrecen desigualdad en el acceso a los tratamientos, al cuidado y al desarrollo de hábitos saludables19.

También se han determinado otros factores protectores, como la autopercepción positiva del estado de salud, propia de quienes trabajan activamente para conservar una buena salud. Este indicador permite monitorear y detectar la aparición de enfermedades, establecer los comportamientos de salud o riesgo, priorizar tratamientos, prevenir enfermedades y la mortalidad20,21. Otro factor protector es la nutrición adecuada, porque en la vejez suceden numerosos cambios en el organismo (digestivos, óseo-musculares, inmunológicos, etc.), y una nutrición apropiada prepara el cerebro con una óptima reserva cognitiva8,16. Un bajo nivel nutricional se asocia con demencia22, y sumado al consumo de alcohol y de tabaco, aumenta la probabilidad de trastornos neurocognitivos6,23. La desnutrición se relaciona con mayor fragilidad, morbilidad y mortalidad24, y la autopercepción del estado nutricional repercute en su alimentación e informa de posibles desequilibrios de nutrición en estas personas vulnerables22.

Las creencias y las prácticas espirituales/religiosas disminuyen la ansiedad, la depresión, el aislamiento, el riesgo de suicidio, y proporcionan un afrontamiento que facilita una mejor adaptación a los retos del envejecimiento. Las mujeres generalmente muestran un mayor bienestar espiritual que los hombres25-27.

La actividad física es uno de los hábitos saludables y de autocuidado más importantes: caminar, practicar deportes, participar en juegos y recreación son actividades que se pueden realizar con cualquier nivel de capacidad e implican disfrute y bienestar1, combaten el sedentarismo (alto predictor de demencia) y se relacionan con una mejor salud cognitiva, lo que contribuye a tener una mayor satisfacción en la vida28,29.

El apoyo y la participación social en la vejez son trascendentales, porque se van perdiendo roles y redes sociales por problemas de movilidad o por traslados, por muerte de los seres queridos, llegando en algunos casos al aislamiento30; este se vincula con depresión, suicidio, inactividad física, lo que a su vez trae comorbilidades, deterioro físico y funcional, reducción de la función cognitiva, demencia y mayor riesgo de mortalidad29-32. La interacción social positiva fortifica y mantiene la «reserva cognitiva» que previene/retarda la demencia y fortalece el sistema inmune, disminuye la vulnerabilidad al tabaquismo, al alcoholismo y a la obesidad e incrementa la actividad física por las actividades sociales-diversionales33,34. La socialización del adulto mayor promueve la salud física y mental, siendo esencial en la prevención de la demencia y en el logro de un envejecimiento saludable y exitoso31.

Se describieron algunos factores de riesgo y factores protectores o hábitos saludables2,11,30,34. El bienestar incluye la existencia de numerosos factores protectores que previenen las enfermedades físicas y mentales o disminuyen el avance de estas; es un marcador de la calidad de vida y ayuda al envejecimiento activo1.

El conocimiento del contexto para el control de las demencias es fundamental, porque la identificación de los factores de riesgo y protectores particulares de cada entorno guía efectivamente al control de las demencias, lo que llevó a plantear el siguiente objetivo: «Establecer los factores mediadores y moderadores de las variables sociodemográficas y de bienestar (autopercepción de salud, comparación de salud con otros, acceso a salud, nutrición, actividad física, importancia de la espiritualidad, participación y apoyo social) en la relación entre la depresión y la demencia en adultos mayores residentes de Bogotá».

Maria del Pilar Santacruz-Ortega a, Bertha Lucia Avendaño a, Maria Fernanda Cobo b, Silvia Mejia-Arango c

a Psicóloga, doctora en Psicología, docente-investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Colombia (UCC), Bogotá, Colombia

b Psicóloga, maestra en Psicología, docente-investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Colombia (UCC), Bogotá, Colombia

c Psicóloga, doctora en Psicología, investigadora en Salud Mental y Cognición del Adulto Mayor desde la perspectiva poblacional, Colegio de la Frontera Norte, Tijuana, Baja California, México

Para descargar la investigación completa haga clik a continuación:

https://www.elsevier.es/es-revista-neurologia-argentina-301-articulo-factores-sociodemograficos-bienestar-mediadores-moderadores-S1853002822000556

Veja o conteúdo científico em português em:

https://mdhealth.com.br/

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