A menudo se dice que la sociedad moderna parece prácticamente” fabricar” problemas de salud mental. Sin embargo, un nuevo estudio sugiere que la moderna “epidemia” de depresión puede asociarse con un factor sorprendentemente simple y fácilmente prevenible: la luz artificial.
Científicos japoneses descubrieron que incluso el menor deslizamiento de luz al intentar dormir podría estar relacionado con un mayor riesgo de depresión, según un nuevo estudio publicado en el American Journal of Epidemiology.
La razón detrás de este vínculo no está clara, pero los investigadores creen que podría tener que ver con el ritmo circadiano humano, el ciclo de 24 horas que nos dice cuándo dormir y despertar, entre otras cosas, que está “programado” por factores ambientales. En el caso de los seres humanos y muchas otras criaturas, la luz influye en la cantidad de hormona que induce el sueño, la melatonina, que se bombea a nuestros cuerpos, lo que significa que nos sentimos despiertos cuando el Sol sale y adormece cuando el Sol se pone.
Este sistema funciona como un amuleto cuando solo hay que pensar en la luz del sol, la luz de la luna y una fogata. Sin embargo, el mundo moderno está radiante con una exposición casi constante a la luz artificial. La luz en la noche (LAN) en un dormitorio -incluso un destello de un reloj digital o la luz de la calle que se filtra desde una grieta en las cortinas- podría atornillar con nuestro ciclo natural de sueño / vigilia.
El equipo detrás del estudio reciente evaluó el sueño de casi 900 personas mayores sin signos de depresión. Descubrieron que las personas que dormían en una habitación con 5 lux de luz o más por la noche mostraban un “riesgo de depresión significativamente mayor” que aquellos que dormían en una habitación completamente oscura. Para la perspectiva, una habitación de la casa con sus luces encendidas es de alrededor de 80 lux y 10 lux es una vela individual desde 0.3 metros (1 pie) de distancia.
Hay algunas cosas a considerar con este estudio. La mayoría de los participantes eran bastante viejos, con una edad promedio de 71 años, por lo que no es exactamente cierto qué tan bien los hallazgos representan a las personas más jóvenes. Además, la investigación no se propuso encontrar una relación de causa y efecto, simplemente una asociación. Como señala el estudio, “aunque una LAN de bajo nivel puede afectar la fisiología circadiana humana, la asociación entre la exposición a LAN y los síntomas depresivos sigue siendo incierta”.
También hay evidencia de estudios en humanos de que la luz azul brillante en la noche disminuye la calidad del sueño en comparación con la luz de longitud de onda más larga, como la luz de las velas de color naranja cálido. Esto significa que nuestros teléfonos inteligentes y computadoras portátiles, dispositivos con los que muchos de nosotros jugamos justo antes de acostarnos, podrían estar teniendo un efecto perjudicial en nuestra salud.
Fuente: www.iflscience.com
http://blog.diagnostrum.com/2018/03/13/este-factor-comun-y-prevenible
