Patrones de alimentación y crecimiento de los niños prematuros a los 3-4 años de vida

Patrones de alimentación y crecimiento de los niños prematuros a los 3-4 años de vida

Resumen

Objetivo:

Describir el patrón de alimentación y crecimiento de los niños prematuros en edad preescolar, incluyendo los problemas de alimentación basados en sus conductas y habilidades, la calidad de la dieta y el afrontamiento de sus padres.

Métodos:

Estudio transversal de niños prematuros nacidos en Asturias en 2016 (n = 94). A los 3-4 años se contactó con las familias y se utilizó el cuestionario Behavioral Pediatrics Feeding Assessment Scale para identificar problemas en la alimentación, y el índice KIDMED para resumir la calidad de la dieta. También se recopilaron datos antropométricos autoinformados para evaluar el crecimiento ponderal. Se revisaron las historias clínicas electrónicas para recopilar información gestacional y neonatal.

Resultados:

El 7,4 % de los niños y el 20,2 % de los padres presentaron problemas relacionados con la alimentación infantil. El 25,5 % tenían un patrón dietético de alta calidad. En los prematuros < 32 semanas se identificaron más conductas alimentarias alteradas, disminuyendo su frecuencia al incrementarse su edad gestacional (p = 0,030). No se observaron diferencias en las conductas de los padres (p = 0,455), ni en la calidad de la dieta según la edad gestacional (p = 0,399), pero sí en el peso, que fue menor en los muy prematuros (p = 0,015).

Conclusiones:

El patrón de alimentación de los prematuros a los 3-4 años y las estrategias de sus padres fueron adecuados, y la calidad de la dieta moderada. Es importante un adecuado seguimiento de los prematuros con menor edad gestacional, ya que presentaron más dificultades en la alimentación y menor peso.

INTRODUCCIÓN

Los niños prematuros tienen, a medio y largo plazo, peores indicadores de salud que los nacidos a término. Se ha documentado un mayor riesgo de problemas emocionales y de comportamiento (1,2), y dificultades cognitivas, de aprendizaje, atención y memoria (3,4), así como una peor calidad de vida percibida (3-7). Una fuente adicional de preocupación y estrés en las familias es la relacionada con el crecimiento ponderal de los niños prematuros y su conducta alimentaria (8,9). Las dudas sobre el crecimiento y la alimentación se trasladan habitualmente a los clínicos y proveedores de atención primaria de salud, que deben proporcionar respuestas basadas en información científica claras y útiles. Existe evidencia sólida sobre las alteraciones de la alimentación de los niños muy prematuros (< 32 semanas). En la edad preescolar y escolar, presentan frecuentemente vómitos, atragantamientos, rechazo de la comida o problemas para aceptar algunas texturas, así como escasa ganancia ponderal (10-13). Sin embargo, todavía existen algunos vacíos en la evidencia sobre este tema. Por un lado, existen menos estudios en prematuros moderados y tardíos, aun cuando forman un grupo de población más numeroso y creciente (14). Además, los resultados son controvertidos. Mientras algunos autores también han hallado problemas en este grupo (15), otros concluyen que la prematuridad moderada o tardía tiene escaso o nulo efecto sobre la conducta alimentaria (16). Por otro lado, la mayor parte de los estudios han evaluado la alimentación a los 12-24 meses (11,16-19). No obstante, sería interesante evaluar los problemas en la alimentación a partir de los 3 años de vida, cuando el niño suele tener mayor grado de independencia en la conducta alimentaria. Los problemas de alimentación pueden abordarse de varias formas. Los problemas de conducta del niño prematuro y las preocupaciones de los padres son las medidas más utilizadas, pero también resulta útil medir la calidad de su dieta. Un estudio realizado en Brasil (20) con prematuros de 2 años de vida puso de manifiesto que algunos hábitos de alimentación eran inadecuados, como la temprana introducción del azúcar y de comida procesada. Introducir alimentos de baja calidad durante los primeros años de vida se ha asociado con una peor calidad de la dieta a largo plazo. Matinolli y cols. (21) encontraron que la calidad de la dieta a los 24 años de vida en las mujeres con nacimiento prematuro era peor que la de sus iguales nacidas a término. Por lo tanto, el objetivo de este estudio fue describir el patrón de alimentación y crecimiento de los niños prematuros en edad preescolar, incluyendo las dificultades para realizar ciertas conductas relacionadas con la alimentación, así como la calidad de la dieta. Este estudio también analizó el efecto de la edad gestacional (EG) sobre el patrón de alimentación y el crecimiento ponderal.

Ana Valdés-Bécares1, Alberto Lana2,3, Ana Fernández-Feito3,4

1Área de Gestión de Pediatría. Hospital Universitario Central de Asturias. Oviedo.

2Área de Medicina Preventiva y Salud Pública. Departamento de Medicina. Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud. Universidad de Oviedo. Oviedo.

3Área de Investigación en Atención Primaria y Cuidados de Salud. Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA). Oviedo.

4Área de Enfermería. Departamento de Medicina. Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud. Universidad de Oviedo. Oviedo

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